Encefalopatía espongiforme bovina (EEB)
El “mal de las vacas locas” es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central de los bovinos, y se puede transmitir a los seres humanos a través del consumo de partes de animales infectados, sobre todo tejidos nerviosos.
La EEB provoca que el cerebro de los rumiantes se inflame y parezca esponja, por lo que los animales que padecen esta enfermedad pierden la coordinación, cambian su comportamiento, se tornan agresivos y lucen nerviosos, hasta que mueren.
Los científicos consideran que los animales se contagian cuando comen alimentos elaborados con harinas de carne y hueso de rumiante contaminados (HCH).
Hasta el momento no se han podido desarrollar vacunas o tratamientos para prevenir esta enfermedad, por lo cual las medidas de control y prevención para evitar su ingreso a los países libres son de suma importancia.
México fue reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) como país de riesgo insignificante en encefalopatía espongiforme bovina (EEB), y para conservar este estatus, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) lleva a cabo diversas disposiciones como:
Restringir la importación de animales de países con EEB; prohibir que los rumiantes se alimenten con concentrados elaborados a base de HCH; registrar y dar seguimiento de animales importados; verificar el contenido de los alimentos balanceados procedentes de otros países, así como vigilar, notificar y diagnosticar a todos aquellos animales que presenten sintomatología neurológica, con el propósito de descartar la EEB.
Como parte de las medidas que se llevan a cabo para conservar el estatus que permite a los productores mexicanos exportar cárnicos y animales en pie, el Senasica capacita a su personal en técnicas de laboratorio para detectar si los alimentos balanceados que consumen los rumiantes contienen HCH.
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